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¿Los abogados realmente mienten en juicio?

Hoy tomaré a la película “MENTIROSO, MENTIROSO” protagonizada por Jim Carrey como excusa para analizar la mentira y los abogados.

En resumen, la película sigue a Fletcher, un abogado exitoso, pero sumamente mentiroso, quien constantemente falta a sus promesas con su hijo Max debido a su adicción al trabajo. En su cumpleaños, Max, cansado de las excusas de su padre, pide un deseo: que Fletcher no pueda mentir durante 24 horas.

Para sorpresa de todos (especialmente de Fletcher), el deseo se cumple, y de repente se ve incapaz de decir ninguna mentira. Esto le trae todo tipo de problemas en su trabajo, donde se ha basado en engaños para ganar casos, y en su vida personal, donde sus mentiras lo han alejado de su hijo y de su exesposa.

A lo largo de la película, Fletcher se enfrenta a situaciones cómicas y vergonzosas por su incapacidad de mentir, pero también aprende el valor de la honestidad y la importancia de su relación con Max. En un intento desesperado por demostrarle a su hijo cuánto lo ama, logra cambiar su actitud y recuperar su confianza.

Pero, ¿Es que acaso que los abogados necesitan un hechizo mágico para dejar de mentir en juicio o hay algo que no se está comprendiendo bien de su función?

Considero que realmente no se está comprendiendo bien el rol del abogado que es defender los intereses de su cliente presentando argumentos, basados en hechos y en la interpretación de la norma. Esto puede implicar resaltar ciertos aspectos o interpretar la información de manera favorable, pero no se trata de mentir, sino de construir una estrategia legal dentro del marco ético y legal.

Análisis sobre la mentira y los abogados:

Para efectos del presente analisis tomaremos las dos primeras acepciones de la palabra mentira dadas en el Diccionario de la Real Academia Española por ser las que más se prestan a la confusión sobre el labor de los abogados.

Reflexión sobre la primera acepción de mentira

Según la Real Academia Española ( en adelante RAE), “mentira” en una primera acepción significa: “Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente”.

Desde un punto de vista técnico y basándonos en la primera acepción de la definición de la RAE, un abogado no necesariamente miente. Un abogado no está obligado a decir toda la verdad, pero eso no significa que esté mintiendo. Veamos por qué:

Primero, seleccionar información no es lo mismo que mentir. Ello pues,un abogado construye la mejor teoría del caso con la información que su cliente le proporciona, con lo cual, no está inventando hechos ni diciendo algo contrario a lo que sabe, sino eligiendo qué aspectos enfatizar dentro del marco legal, lo que es parte de la estrategia legal, no de la mentira.

Segundo, el abogado no declara, sino que argumenta, pues en un juicio, quien está obligado a decir la verdad es el testigo o el acusado. En ese sentido, cabe reafirmar que el abogado no es testigo, sino un representante legal que interpreta la norma y defiende los intereses de su cliente.

Tercero, en un juicio, ambas partes presentan sus argumentos y pruebas. Por lo tanto, si un abogado miente deliberadamente, la parte contraria puede demostrarlo y afectar su credibilidad ante el juez, lo que haría que potencialmente pueda perder el caso.

Cuarto, mentir tiene consecuencias legales. Si un abogado presenta pruebas falsas o tergiversa los hechos, puede ser sancionado o incluso perder su licencia. Sobre ello el Código de Ética del Colegio de Abogados de Lima establece en su artículo 9 que el abogado debe actuar con veracidad y no declarar con falsedad. Asimismo, presentar pruebas falsas o tergiversar hechos podría constituir el delito de obstrucción a la justicia, tipificado en el artículo 409-A del Código Penal, que sanciona a quien impide u obstaculiza la aportación de pruebas o induce a prestar falso testimonio, o pruebas falsas, con penas de hasta ocho años de prisión en casos específicos.

Por lo tanto, los abogados construyen la versión más favorable para su cliente dentro del marco de la ley. Sin embargo, sí manejan la información estratégicamente para lograr su objetivo.

Reflexión sobre la segunda acepción de mentira

La RAE tiene una segunda acepción de la palabra “mentira” que es “Cosa que no es verdad”.

Ante esto cabe mencionar que se está viendo la verdad y la mentira como una dicotomía. Es decir, es verdad o es mentira, cuando hay una serie de matices. Cabe enfatizar los siguientes puntos:

La verdad jurídica no siempre es absoluta, pues en el derecho, la «verdad» es muchas veces una cuestión de interpretación y prueba. Por lo que, dos abogados pueden presentar versiones distintas de los mismos hechos sin que ninguna sea, en términos absolutos, una mentira.

El sistema jurídico permite distintas versiones de la verdad. Es así que, en un juicio, cada parte presenta su versión con pruebas y argumentos, y es el juez quien determina qué versión tiene más sustento. Lo que no sería posible si la «verdad» fuera absoluta y única, en cuyo caso no habría necesidad de juicios, pues bastaría con presentar un hecho irrefutable.

En ese sentido, si aplicamos la segunda acepción de la RAE sin matices, podríamos caer en la idea errónea de que cualquier argumento que no revele «toda la verdad» es una mentira. Sin embargo, el derecho opera en un marco donde la interpretación y la confrontación de pruebas son clave para determinar la justicia. Por lo tanto, aunque un abogado maneje estratégicamente la información, no necesariamente está mintiendo.

Verdad en términos divinos y jurídicos

Desde una perspectiva filosófica, se puede argumentar que la segunda acepción de la RAE sobre la mentira hace referencia a la verdad en términos divinos, que sería absoluta y perfecta, mientras que la verdad operativa o social es relativa y depende del contexto. En el ámbito jurídico, la verdad es construida a través del proceso y la decisión del juez es la que se asume como verdad para la sociedad.

Conclusión

Muchas veces no se comprende bien la función de los abogados, que es construir una estrategia legal que favorezca a su cliente dentro de los límites de la ética y la ley. Es importante, tambien, distinguir entre la mentira y la estrategia jurídica. La abogacía no se trata de mentir, sino de argumentar de manera estratégica dentro de la ley. Confundir estrategia legal con falsedad es un error común que distorsiona la percepción de esta profesión.

¿Ya viste la película? Los invito a verla, se encuentra en Netflix.

Después de verla, reflexionen: ¿realmente los abogados necesitan magia para decir la verdad o simplemente comprendemos mal su trabajo?

José Andrés Ruiz Colmenares

Abogado Asociado del Área Tributaria y Aduanera

 La Poderossa Legal Solutions

Redactado el 23 de febrero de 2025

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